Me agazapo en mi mástil infinito,
Mis manos no alcanzan al aire…
Todo está ausente… distante.
Me cierro en mi zulo de ilusiones ópticas,
de negras bombillas impares.
En mi cueva está cerrada la puerta.
Mi sangre se acomoda fácilmente
al elitismo más metódico.
No pierdo el tiempo con terceros…
Mi espejo sólo refleja mi actitud.
Las mañanas son solo para mí.
Mi caparazón…
tiene cada vez más conchas.
Hermético
H